Arquitecto: César Machado Moreira
Fotógrafo: Alexandre Delmar
Situación: Porto, Portugal
Fin de obra: 15/04/19
Fabricante de ladrillo: Cerámica Malpesa
CORREIA DE SÁ
Rua Correia de Sá se encuentra junto a una de las arterias principales de la ciudad de Oporto, la Avenida da Boavista.
La calle, caracterizada en el pasado por casas del siglo XIX, ha sufrido una importante transformación en las últimas décadas, comenzando a contar, a partir de la década de 1960, con varios edificios residenciales sin especial interés arquitectónico.
El terreno disponible está enfrentado a ambos lados por dos de estos edificios. En un contexto de estrictas restricciones en cuanto a la profundidad y ancho del lote, la casa adquiere amplitud espacial a través de su altura, en un volumen de cuatro pisos que dividen los espacios según las necesidades de los ocupantes.
La ubicación de las escaleras en la fachada, inusual en una casa urbana, resalta la importancia de las pautas en el proyecto. Las funciones domésticas están orientadas al norte -el garaje, la cocina y la entrada- y todos los espacios representativos y privados -salas de estar, jardín, piscina y dormitorios- se desarrollan y se abren hacia el sur.
Desde el punto de vista material, el ladrillo de color negro se utiliza en las fachadas para crear elementos casi pasivos durante el día en los que solo destacan los marcos que sobresalen. En la fachada norte a la calle, de noche, las ventanas de los niveles intermedios de la escalera, ocultas por el ladrillo a la vista, unen los dos marcos centrales y disuelven el número de plantas de la casa.
El ladrillo, utilizado como referencia al carácter histórico de la calle y los edificios antiguos, materializa la casa en una única forma monolítica donde solo los marcos salientes de la fachada destacan como marcos, similares a los cuadros del cuadro, mediando entre el espacio exterior y el interior.
Hacia el sur, el tramo escalonado de la casa permite la entrada de luz natural en todas las estancias y la existencia de zonas exteriores donde, una vez más, las ventanas juegan un papel mediador. Los gruesos muros asociados a las grandes aberturas permiten a la persona utilizar la ventana como espacio para vivir y percibir el paisaje.
En el interior, la composición de los espacios al frente, con grandes acristalamientos, transmiten profundidad al proyecto y abren la casa al sur, al jardín y piscina rematados por un muro de ladrillo negro al fondo.